algo para escuchar mientras leemos

sábado, 28 de junio de 2008

Viaje

Corriendo cuesta abajo y saltando las diferentes etapas, llega al lado del camino un sonido extraño. Como decir que es un pájaro que siempre hubiese estado ahí. Sale de la basura y encuentra en el pedestal una cosa pequeña, la agarra y sigue su camino. En el medio del monte, más alto del horizonte puede tener un instate de seguridad donde abre la mano que tuvo apretada tanto rato y mira que es esa cosa. Cosa enredada entre tantos hilos que parecen pelos, más bien son una cruza entre el pelo y el cable, no se sabe bien que es, sólo se entiende que debajo de todo esto hay una especie de pelota. Una pelota brillante, luminosa.Sacude la mano tres veces y no pasa nada, suelta su objeto y lo deja caer al suelo, este rueda cuesta abajo y desaparece, se va por el camino hasta perderse en la lejanía. Siguiendo el rastro, se acomoda en unos laureles para poder dormir y descansar. Ya era de noche, hacía frío y necesitaba parar. Se despierta al otro día y decide continuar con su camino pero no sabe hacia donde tiene que ir. Se para, se prepara, se acomoda bien las cosas que llevaba colgando en sus ropas y empeiza a caminar para cualquier lado. Llega hasta un portal que tiene como puerta una especie de anilla gigante. Se para enfrente y trata de entender como es que se abre esto, lo empuja, lo golpea, lo frota pero nada. Cansado por el intento suspira. El portal se abre. No se anima a entrar. Duda, piensa que es mejor volver y quedarse donde estaba, pero finalmente, de un momento a otro y casi sin darse cuenta ya está dando el primer paso hacia adentro. Lugar oscuro y frio. Húmedo por de más. Siente, escucha, huele, mira la entrañable oscuridad y se desliza como si fuera una serpiente cada vez más al interior de esta cueva.Oye una voz que lo llama y lo deja caer en el más insólito sueño. No puede salir, está atrapado dentro del sueño que a su vez está dentro de esta cueva. La voz no cesa y el cada vez más se pierde en su inconciente. Cae al suelo y rebota su cabeza contra el adoquín. Con el oido apoyado en el suelo siente una bibración y el rodar de una roca, que se va acercando cada vez más y el no puede hacer nada. No puede moverse ni reaccionar en la realidad, está inmerso en el sueño, pero puede oir y sentir lo que ocurre afuera. A medida que la roca se acerca su miedo crece y crece cada vez más, la desesperación es gigante y no puede evitarlo, decide que ha llegado su fin y que ya no podrá escapar, entonces se entrega a la inevitable muerte, se relaja, deja de luchar encontra de este sueño y se entrega a su destino. La roca ya está cerca y en cualquier momento se desprenderá el alma de este ser de su cuerpo y vivirá la vida eterna. Puede sentirla, ya está ahí, ya está al lado, ya siente su frio acercándose y cada vez con más furia. Ya está, la tiene al lado. Adiós.Un instante después una piedrita le golpea la cabeza. El reacciona. Despierta de este sueño y puede mover sus partes. Mira la piedra. Era la misma piedra que había encontrado antes, la agarra fuertemente, no la va a soltar por nada del mundo, se sienta en el suelo, la mira, se para y sigue caminando. Encuentra una salida, abre la puerta y del otro lado está su familia en su cabaña esperándolo para cenar. Mira la piedra y la vuelve a soltar. La piedra comienza a rodar nuevamente, sale de la cabaña y desaparece en la lejanía. A lo lejos vuelve a escuchar el pájaro.

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