algo para escuchar mientras leemos

martes, 3 de junio de 2008

De amores y bizcochitos de grasa

Amaneciendo poco a poco surgen las palabras de lo que vendrá. Un poco de aquí y algo de allá se suma a lo de toda una vida que piensa en volver a ser y lo que volverá a empezar.
Piensa en ser un poco de todo, pero más que nada de todos, y así nos encontramos cara a cara el uno con el uno casi medio del otro en cada uno, como amaneciendo. Amanecer ese momento comparable con la nostalgia de la juventud, ese rincón del día que pasa volando y que más extrañamos.
Encaminando a la suerte y vendiéndonos situaciones. Escuchando el sonar del día, mirando la luz de las aves y sintiéndonos cada vez más despiertos en nuestros nichos de comparaciones.
Enumerando recuerdos, retomando deseos, sonriendo miradas, conociendo palabras... todo eso entre dos panes calentitos, y un mate con olor a café con leche.
Tratando y haciendo, bizcochitos de grasa son los que una mañana me despiertan y nos unen uno al otro. Nos miramos y entendemos, entendemos y creamos. Nos miramos nuevamente y sabemos que tarde o temprano, lentamente todo va estar nuevamente amaneciendo.

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